

Caja Rural Central continúa de celebración en Murcia
14 junio, 2019|8:00 am - 5:00 pm
Ayer Caja Rural Central tuvo la ocasión de celebrar nuevamente sus cien años de vida. En esta ocasión, el Hotel Nelva de la ciudad de Murcia fue el lugar elegido para seguir cumpliendo años.
El presidente de CRC, Manuel Ruiz, dio apertura al acto haciendo un repaso del siglo de vida de la entidad, quien en sus comienzos contaba con un capital de 450 pesetas y a día de hoy celebra su centenario de la mano de más de 200.000 clientes y 45.000 socios cooperativistas de provincia de Alicante y Región de Murcia.
El gran compromiso que Caja Rural Central ha mantenido a lo largo de su historia con la Región, es el principal motivo por el cual ha querido estar acompañada por una amplia representación del tejido empresarial, social y político, y que José Luis Feito, presidente de la Comisión de Política Económica y Financiera de CEOE.; José Ballesta, alcalde de la ciudad de Murcia; y Fernando López Miras, presidente de la Región, coincidieron en la gran aportación de la entidad a la economía murciana.
Manuel Ruiz destacó en su discurso el modelo de banca local y de proximidad de la entidad, alejándose de la actual tendencia que a día de hoy encontramos en el sector bancario de desaparición de sucursales. Tanto es así, que CRC cuenta con la apertura de dos nuevas oficinas en Alcantarilla y Caravaca, siendo tres el número de aperturas en lo que llevamos de año. La institución suma actualmente 76 oficinas en su ámbito de actuación, y más concretamente, 27 en la Región de Murcia.
Los genes alicantinos y murcianos de la entidad, son la causa de la fuerte unión con el sector agroalimentario y rural, segmentándose con el tiempo en otros territorios económicos. Además, gracias a los valores por los que se compone la entidad, ha conseguido mantenerse en el buen hacer que destaca por la proximidad a las personas, la cercanía al tejido empresarial y la sensibilidad social.
Si volvemos a echar la vista hacia atrás, las 450 pesetas de capital inicial que fueron invertidas para ayudar a los agricultores de la época para conseguir el cargamento de un barco de fertilizantes a un precio más reducido. Tras esto, las inversiones fueron dirigidas a la construcción de la primera elevación de aguas, con un trayecto desde la desembocadura del río Segura a los cultivos de la Vega Baja.